domingo, 23 de noviembre de 2008

MARIA I



El perro de María parece feliz cuando va al parque… Bueno, tampoco nunca hablamos sobre esto, en realidad nunca hablamos ni de esto ni sobre otra cuestión, pero a veces, más veces de las que pensamos, no es necesario hablar para saber o intuir ciertos estados de ánimo. Cada vez que María entraba en casa, el perro corría hacia la puerta, se sentaba y esperaba oír como la llave giraba y mientras eso pasaba, reconocía el olor, y pronto comenzaba a sentirse de nuevo adoptado, querido, amado… María lo miraba con esa mirada que parecía contener el deseo de que no fuera en realidad su perro el que la recibía así, a veces creo que ella también esperaría ese girar de llave en la puerta sabiendo que entraría todo lo que amaba y podía abarcar… Cuando María se disponía a salir, el perro daba vueltas y vueltas y unos pequeños gemidos como para que le hiciese caso …parecía que le preguntaba con insistencia…ya?, si?, vamos?... enseguida veía la correa en su mano y entonces era cuando se sentía feliz… si, el perro parecía feliz, sin embargo María no lo era…tampoco lo sé realmente, nunca hablé con ella ni de esto ni de otra cosa, vamos, lo mismo que con el perro… Vaya!, estoy hablando y hablando y no me presenté ni tan siquiera… Pues soy una pulga, la pulga del perro de María, si, tan sólo una pequeña y para muchos insignificante pulga, sólo estoy yo en mi perro, al igual que él sólo está en la vida de María… A veces creo que soy el mejor amigo del mejor amigo del hombre, tampoco es que sea muy exigente con el perro, pero me acostumbre a la voz de María, y en ocasiones creo que soy casi el único que la conoce… A veces la vida te hace estas jugarretas… de pronto nacemos, y reconoces a una persona o a un animal y te dices, vaya!!!, encontré lo que buscaba pero no hay nada que hacer, el destino hizo que María sea una persona y yo una pulga…pero bueno, estoy ahí, cerca de ella, aunque no se de cuenta de mi presencia… Así son los verdaderos amigos…
Desde hace unas semanas noto a María extraña, rara, no sé, de pronto está bien, al segundo siguiente comienza a llorar y se queda como con la mirada perdida, aún así siempre salimos a dar nuestro paseo, la verdad, me gusta, aunque a veces el perro no es capaz de ir relajado, tranquilo, se reboza en cualquier sitio, a veces lo mataría a picotazos, pero estate quieto, pero bueno…Como decía, María está como en otro mundo, ayer llegamos al parque y ella se sentó en un banco, nunca hacía tal cosa y sacó de su bolso su teléfono, lo sujetó con ambas manos y parecía esperar una llamada…al cabo de un rato, suspiró, se levantó y nos fuimos para casa, fue entrar, se sentó en el sofá, puso el teléfono móvil y el fijo delante de ella sobre una pequeña mesita y vi sus ojos vidriosos… casi al momento se tapó la cara con ambas manos y comenzó a llorar y a hablar en voz alta, asi era María, cuando estaba acompañada casi no hablaba y si estaba sola comenzaba a hablar y hablar de lo que sentía, de lo que le sobraba, de lo que le faltaba… en fin, asi son los humanos.. el perro, que a veces me saca de quicio, ni caso, tirado en su colchoneta, si, lo sé, tengo mal carácter y mas cuando veo que no se entera de nada, le metí un picotazo para que reaccionase y bueno, para algo sirvió, se dirigió hacia María y la olisqueó, le lamió la cara, pero al cabo de un rato se marchó a la cocina… pero como puede alguien, ya sea un animal o una persona pensar en comer cuando ve a su lado a alguien sufriendo… No sé cuantos picotazos le metí al gilipollas, pero nada, directo al plato y a engullir… Volvimos y María seguía igual, sujetó al perro de la cabeza y le comenzó a hablar, pero como si nada, el gilipollas apartó la cabeza y se fue a la colchoneta, es que no se entera de nada, tanto pedigree para esto!!...que razón tenía mi padre, me decía hijo mío, búscate un buen perro callejero, que esos de las tiendas están como idiotizados…La verdad, yo estaba emocionándome con las palabras de María y que no podía hacer nada… Creo que María se sentía más insignificante que yo, vale, que yo no me siento así, pero vamos, es lo que se dice de una pulga… y ahora que pienso, todos de alguna forma somos pulgas atados a alguien… yo a este gilipollas, él a María, María a la vida que lleva…A veces creo que los humanos tienen la capacidad de hablar para no decir nada… en fin, no me enrollo con estas tonterías, María es lo importante para mi… a veces creo que me estoy enamorando de esta mujer, valee, lo sé, soy una pulga y no soy imbécil, se que no puede ser, ya, muy bien, pero estoy hablando de sentimientos… Joder!!!, con este perro, casi me aplasta… ya descubrí lo que le pasa a María… esta esperando una llamada que no llega, al parecer se enamoró de un hijo de puta, de un cabronazo, vale, que si, que ya se que debo hablar bien… que coño de hablar bien, es un cabronazo y punto…
Y así María cada vez es como un apéndice del teléfono o éste de María… María se había convertido en alguien que espera y poco a poco toda su vida se asemejaba a una gran sala de espera, más atenta a una posible llamada que a su propia voluntad…y yo… una pulga… que puedo hacer para que reaccione?, nada, lo sé, joder, lo sé y eso aun me hace sentir peor…Lo único que debo hacer y puedo es estar aquí, nada más y esperar que el gilipollas del perro le muerda a alguien en el parque y de pronto ese alguien se fije más en María que en el mordisco…Y por ahora el perro seguirá sintiéndose feliz cuando nos vayamos al parque con María, hasta incluso yo me sentiré feliz…

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