viernes, 28 de noviembre de 2008

MARIA II






El perro de María parece feliz cuando va al parque… eso es lo que oigo sin parar, pero la verdad no es felicidad, esa que dices, vaya, esto es mejor que un hueso con carne, no de esos de juguete que al parecer se han puesto de moda, no, no, uno de verdad, de los de antes… Pues eso, felicidad?, no… alegría, pues si, para qué negarlo, hombre, por fin, me paso casi todo el dia encerrado en casa y la verdad, a veces ya no se que hacer…En ocasiones ya ni me molesto en ladrar, porque si, bueno, no hace falta que lo diga, soy el perro de María. Por cierto, vivo con María y una pulga… La pulga piensa que no se que está, pero no soy un perro imbécil, se que está ahí, no me provoca grandes sobresaltos y la verdad me he acostumbrado a ella… Y bueno, cada uno a lo suyo… Últimamente noto a María triste, en otro sitio, aunque esos bajones ya me los conozco, llevo unos siete años con ella y es como algo cíclico… He de reconocer que antes, si, iba, la miraba con ojitos tristes, meneaba el rabo, unos lametones, bueno, lo que se espera de un perro, pero llega un momento que uno se cansa… Al parecer es por el hijo puta, el cabronazo, vaya, cada vez hablo peor, debe ser la influencia de esta pulga, aunque tampoco hablo nada con ella, por supuesto, como he dicho antes, cada uno a lo suyo. A lo que iba, al parecer María está así por ese que le dice te llamo mañana y ella pendiente del teléfono, hasta tal punto que parece que ya no hace otra cosa más que esperar, es que ya tan sólo salimos, meadita, cagadita y para casa… no es lo de antes…Uy antes, antes era de otra forma, era como salir de excursión, María para aquí, María para allá, ahora, como digo, ella se sienta en un banco, espera a que yo levante la pata, o baje el culo y ya está. Cuando la veo así, me digo, vale, ya tenemos drama y eso me provoca el estirarme en la colchoneta y casi no moverme… supongo que lo entendereis, pues la pulga parece que no, que menudos picotazos me da… Yo llevo no se cuanto sin tirarme a una perra, es mas, María en cuanto viene una de esas buenorras, y yo corriendo a olerla, me viene corriendo y hala, correa, ehhh, pienso, que solo quería olisquear, aunque sólo sea para recordar, pues nada, asi que después que no me hablen de desamores ni nada de eso, pero bueno, aquí estamos los tres, como una familia. Lo que mas me jode es cuando viene ese tio a casa, María me encierra en la habitación de la plancha, dice que no le gustan demasiado los animales, pero que se cree que es él.En fin, estoy harto de que se espere de mi que sea una especie de consejero sentimental, que tengo la obligación de estar siempre consolando a María, aburrido estoy, y la pulga que se cree con derecho a decirme que si ahora tengo que lamer, que si ahora no se cuanto. A veces me gustaría hablar para decirle a la Mari que espabile, que ya está bien, que yo también tengo mis problemas… Lo peor en esta vida es no poder ser claros, el no poder decir claramente lo que piensas y la mierdecilla, o sea la pulga que va de señora conciencia, la sabelotodo, la pulga esta que mas que pulga es una mosca cojonera que se me pone borde porque prefiero estirarme en mi colchoneta cuando veo que ya empieza lo mismo de siempre, pero bueno, ya se tirará ella conmigo y pasará cuando se acostumbre, pero claro, ahora es la listilla, la que todo lo sabe, por otra parte he de reconocer que me he acostumbrado a ella y la verdad no me encuentro tan sólo desde que se me instaló. María me tiene a mi y yo a la pulga y de esa forma nos sentimos un poco menos solos. Solo espero que un dia la pulga se vaya a la cabeza de María o del cartero y que eso sirva para despertar algo entre los dos, mientras tanto, seguiré pareciendo feliz cuando vayamos al parque y sólo espero que la pulga y María se sientan también bien.

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